sábado, junio 28, 2014

Sábado.

Sábado, dos de la mañana, estoy confundida, necesito, necesito no sé qué. Sábado y necesito algo que no sé qué es pero me está desesperando, es casi desgarrador el necesitar algo que no sabes que es porque no hay forma de calmar la necesidad, no sé si es antojo de helado, la necesidad de un abrazo o qué, pero lo necesito ya mismo. No me habló, no se acordó, siempre es la misma historia, estoy cansada de esto, estoy cansada de no tener eso que necesito. ¿Por qué siempre todo me sale tan mal? Necesito, necesito que me preste atención, necesito drogarme, necesito fumar, necesito morirme lo más rápido posible. Sí, eso es. No hay nada en esta vida que pueda satisfacerme, no porque yo sea muy exigente, o puede que sí, pero nada me dura, nada está lo suficientemente a mi altura como para llenarme, quiero un hombre, una mujer, a Marlene o a Camila, quiero algo que me llene y me haga sentir completa. Marlene, creo que me gusta. O al menos me gusta estar con ella, o me gustaría que me guste tanto como para no sentir este vacío que siento al Camila no hablarme, ya no sé qué siento por ella, la necesito, sí, pero no la necesito como antes, solo necesito que me quiera porque nadie más lo hace, o creo que nadie más, tal vez Marlene me quiera, pero no sé si me quiere como yo quiero que me quiera. ¿Camila leerá esto? ¿Marlene leerá esto? Necesito que alguien me lea, que alguien me escuche, que se despierten, no sé cómo hacer para que me presten atención, me desespero, necesito que algo llene este vacío que siento, Camila, Marlene, un hombre, una mujer, sea quien sea, necesito que me quieran. Necesito algo, un nombre acompañado de un apellido, que me diga ‘acá estoy, te escucho, confía en mi’ alguien que no vaya a abandonarme, alguien que me tenga como prioridad. ¿Por qué no soy la prioridad de nadie? Me desespero, me falta el aire, me siento enferma, ojalá nadie leyera esto. O no sé, tal vez quiero que lo lean, es un grito ahogado, un pedido de ayuda, una muestra sin filtro de lo que me pasa, de lo que necesito. Las letras fluyen casi tan rápido como mis pensamientos, ahora poco a poco puedo calmarme, creo que voy a comenzar un libro nuevo. 

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