martes, junio 27, 2017

En ésta nueva etapa de mi vida comencé un libro titulado "Comer, rezar, amar" y para ser sincera, vi primero la película. Entendí (o eso quise entender) que aunque la protagonista busca una relación con Dios también se busca a ella misma y a su equilibrio, justo como yo misma estoy haciendo ahora, salvando la diferencia de que no poseo el capital adquisitivo para viajar a India, Italia e Indonesia, así que me conformo con pensar en viajar a buscar un trabajo que mantenga mi mente ocupada y al cementerio de Recoleta. Algo que quisiera implementar también es ésto de hablar con Dios, de pedirle y agradecerle, no porque crea en un Superpoderoso que todo lo ve y todo lo maneja, sino porque siento que cuando uno puede dirigir su buena energía hacía algún lugar es más fácil encausarla y verla de manera clara. El Dios Todopoderoso y yo ya hemos tenido malos entendidos y sé que Él y yo no vamos a llevarnos bien nunca, por eso mismo decido simplemente pensar en alguien más cercano, en un "amigo" que pueda mandarme fuerzas para afrontar todo ésto. Curiosa la muerte, ¿no? Siempre pensé que uno tiende a idealizar a toda persona que fallece (y a quienes fallecen y siguen estando vivos, también) pero de todas maneras, ¿qué se le puede reprochar a alguien que ya no está? Curiosa la sensación de perdida, supongo, cuando alguien se va solemos extrañarle olvidando sus partes más perversas. Me fui, como siempre, por las ramas...
Ésta vez quería agradecerle a Dios por la salud que hoy poseo al igual que la de mis hermanos, padres y amigas, si algo aprendí el año pasado es que no hay nada en ésta vida más importante que la salud. Por otra parte, quiero pedirle fuerzas para afrontar todos los cambios que sé que debo generar, he notado cierta conducta en mi que ya no quiero repetir: creo siempre que todo puede cambiar, que todo puede mejorar. Seamos sinceros, pocas personas y por ende pocas relaciones cambian, quizá también es debido a mi segunda falencia que aquí explayo: Me cuesta muchísimo expresar mi descontento con el otro, sea quien sea. Así que, querido Dios, dame la fuerza para afrontar ésto, para poder comenzar a eliminar poco a poco cada sentimiento amargo y aceptar la partida de quienes no me hacen bien, de quienes me quieren por ser sumisa. Gracias, por cada cosita linda que he tenido en mi vida, por mi familia de oro, por sobre todas las cosas. Realmente no sé como finalizar ésto así que simplemente me despediré diciendo "hasta pronto".

lunes, junio 26, 2017

Leí tantas veces que para amar hay que ser valiente que llegué a automatizar la frase, a no prestarle atención, a dejar de cuestionarla y así mismo, de entenderla. Cuando amas de una forma intensa cada día no te cuestionas si estás teniendo un acto de coraje sino simplemente lo dejas ser, eso es el amor ¿no? Dejar fluir cada sentimiento que te recorre el cuerpo, dejar que el otro vea que estás ahí, sintiendo. Por otra parte, cuando lo único que te queda de ese amor empieza a derretirse entre tus manos y la persona que poseía tu corazón lo estampa contra una pared, entendes, recordas esa premisa y casi que la maldecís: ¿quién me mandó a mi a amar tanto? Hay momentos en que me punza el pecho recordandote, ahora menos que antes puedo decir orgullosa, entonces maldigo una y otra vez a tu persona y a mi misma, ¿cómo me expuse a tanto dolor? Quizá debería haber tenido mayores reparos como me dijo mi mamá el día que me dejaste: "que esto te sirva para aprender a no exponerte tanto..." Pero mamá, el amor gris para mi no sirve, no es amor. Para amar hay que ser valiente, hay que dejar que el otro vea tu alma y te quiera así, desnudo con todas tus cicatrices al aire. Yo no sé amar de manera gris, conozco de intensidad, de querer abrazarte y reír con vos, así amo a mis hermanos, a mis amigas, así lo amaba. Así le escribí una canción y un relato, así le escribí un millón de cartas donde cada rincón de mi corazón quedó plasmado para siempre, lo pienso y me da un poco de pena nunca más poder volver a leer a aquella persona tan enamorada que fui. Así es que hoy tengo la conciencia en paz, yo amé, yo sentí, yo di todo lo que podría haber dado. No sé amar de otra manera, mamá, quizá algún día aprenda, quizá algún día me despierte y entienda que no debo exponer todo de mi, quizá algún día entienda que no todas las personas son necesariamente buenas, quizá algún día deje de querer cambiar el mundo. Cosa curiosa, ¿no? Quizá debería haberme alejado el día en que me dijo "no podes cambiar el mundo", yo no sé sentir ni desear si no es en grande.
Diría que supongo que me merezco alguien diferente pero en ésta nueva etapa de mi vida dejo de suponer y afirmo más: Me merezco a alguien diferente, me merezco un amor que me ame en todos mis aspectos y no me haga sentir chiquitita ni poco valorada. Me merezco a alguien que me responda de una buena manera, a alguien que también quiera pensar en mi como yo en él (¡qué fiel le fuiste a tu speech de "siempre voy a pensar primero en mi" amore mío!) Me merezco alguien que quiera una y otra vez hablar, caminar, alguien que me impulse una y otra vez a ser la versión de mi misma que más amo: libre. Me merezco ser libre, merezco un amor que me vea libre y quiera estar aún así conmigo. Nunca supiste hacerlo, nunca quisiste que fuera libre sino un adorno, una Barbie que se acomode a tus "no mostrar porque qué puede pensar el otro" (¡Qué idiota fui al creer que era amor concederte todo lo que querías!). Me merezco alguien que se interese en como pienso y que no me grite que soy una exagerada. Me merezco alguien que quiera comunicarse conmigo, que realmente esté ahí y no simule para después poder tener sexo. Me merezco a alguien que me vea de verdad, no a medias, no de a ratos. Me merezco, ahora, rearmarme como pueda y ser esa persona que esté para mi, me merezco volver a sentirme cómoda conmigo misma, me merezco dejarte atrás porque vos no te mereces ni un segundo de mi presente. A veces te extraño, no al vos de la vida real sino al que intenté creer que eras, es cómico el amor desesperado, ¿no? En fin, me merezco quién quiera leer lo que escribo, que se interese por mi arte y por mis amores, porque eso soy nada más y nada menos: Soy la música que escucho, soy lo que leo, lo que escribo, soy mis tatuajes y sus significados, soy el amor enorme que le tengo a mi pequeña familia, soy mi feminismo enorme y lleno de preguntas y enojos. Soy todo eso que quizá nunca alguien pueda llegar a aceptar o no del todo, pero que merece ser respetado y escuchado, cosa que vos nunca hiciste. Te culpo y me culpo por la relación enfermiza que tuvimos, te culpo por no frenarte, por no ver más allá de tu ombligo; me culpo por solo pensar en vos y en hacerte feliz, dejándome siempre de lado. En algo tenías razón: yo nunca hubiera podido tomar la decisión que vos tomaste, te protegía demasiado como para poder hacerlo. Tenías razón en que no debí dejar terapia (acá la explicación: no quería escuchar como mi psicóloga me decía que nuestra relación era una mierda y que me habías violado). Cosa curiosa, ¿no? te perdoné cosas que creí y creo que alguien nunca debería perdonar ni permitir. Lo mío no era amor, lo mío era y es baja autoestima. Probablemente te hubiera perdonado que me pegues, incluso, yo te hubiera perdonado todo y eso es lo más espantoso de todo ésto. No te guardo rencores, a pesar de todo, me hiciste ver las enormes falencias que aún sigo teniendo, me hiciste ver que tengo que construirme de una manera diferente para no caer nunca más en lo mismo. Un poco te agradezco todo lo malo que pasó, me hiciste ver que tengo que crecer mil veces más fuerte, siempre siendo leal a mi misma y a lo que creo. A veces te extraño, no a vos sino al control que ejercías sobre mi, te extraño como extraño la anorexia, siempre es más fácil cuando el otro decide por uno pero spoiler alert: me cansé de eso.

miércoles, junio 14, 2017

Me quedo sola y te extraño, por eso me gusta la compañía, por eso me gusta pensar en que todo está superado. Te extraño, extraño lo que fuimos y lo que pensé que íbamos a ser, extraño los abrazos para dormir, extraño despertarme al lado tuyo, quería hacerlo el resto de mi vida porque para mi vos eras el amor de mi vida. Y no me importó, no me importó todo lo que tuviera que dejar, no me importó absolutamente ningún dolor porque vos estabas ahí sosteniéndome la mirada, haciéndome creer que me amabas tanto como yo a vos. Y te amaba, forro, te amaba. Te amaba con cada parte de lo que ahora es un corazón hecho trizas, lo que ahora es un corazón abandonado que ni siquiera quiere estar conmigo, quiere estar con vos porque te ama a vos, y solo a vos. Y me enoja, me enoja tanto, me enoja pensar en los buenos recuerdos porque quiero odiarte, quiero odiarte hasta quedarme sin aliento, odiarte hasta olvidarme que te amo, que te amo y que nunca voy a poder volver a amar a alguien como te amé, como te amo. Me enerva imaginarte durmiendo en paz, me enoja verme hecha mil pedazos, me enoja que no me lo hayas advertido y me enoja no haberlo visto venir. Me enoja, me enoja y me hace odiarte con todo el alma. "Ojalá no lo hubiera conocido nunca" pienso por momentos y no sé si es lo que quiero, ojalá no hubieras dejado de amarme como me amabas, es mejor. Ojala´nos hubiéramos conocido en otro tiempo, ojalá hubiéramos seguido siendo vos y yo, como siempre lo fuimos. Ojalá no sintiera que me muero todos los días, ojalá cada día no fuera esperarte, Sé que con el tiempo quizá logre olvidarte y sentirme fuerte, quizá algún día ocupe la cama de otra persona e incluso también le diga "te amo" como te lo dije a vos tantas veces, tantas, pero sé, lo sé desde lo más profundo de mi corazón, que nunca voy a volver a amar como te amé: de una manera tan sincera, tan sin escrúpulos y sin vendas, te amé hasta donde pude, con todo lo que pude. "Los ojos no brillan por cualquiera" dicen, y vos te llevaste mi brillo, te llevaste todas las palabras de amor sinceras que tenia, te llevaste las canciones, el viaje a París, nuestros hijos y nuestra vejez juntos, te llevaste todo y estoy acá, llorando algo que no tengo ni voy a volver a tener, porque no puedo permitirte volver y eso duele más que nada. Te llevaste mis "te amo, vaca" y te llevaste para siempre una parte de mi que no va a volver nunca, conociste la versión más sin tapujos que alguna vez podré ser, la versión de mi que amo tanto tanto, demasiado quizá. Ojalá pudiera preguntarte cuando dejaste de amarme, cuando sentiste que ya no querías dormir a mi lado ni despertarte viéndome, ojalá pudiera encontrar una manera de que éste dolor se extinga para siempre, ojalá no creyera que muy en tu interior aún me amas, ojalá no soñara con un reencuentro como lo soñé hoy. Ojalá no te soñara nunca más, no te imaginas cuanto duele, no podes dimensionarlo, te veo ahí, tan hermoso como siempre, sonriéndome y me despierto y no estás, y nunca vas a volver y te llevaste la mitad de mi alma con vos. Ojalá pudiera volver a escribirte todo lo hermoso que alguna vez te escribí, ojalá hubieras entendido que cada palabra la sentía desde lo más profundo de mi corazón, ojalá las releas y no las quemes, ojalá sintieras la mitad de lo que siento ahora. Ojalá no vuelvas nunca, ojalá te olvide pronto. Hasta alguna otra vida, amor mío.
Supongo que tarde o temprano ésto tendría que pasar, supongo que él es más fuerte que yo y tiene las cosas más claras, supongo, todo supongo porque no sé nada. Sé que estuve mal, que permití cosas que no debería haber permitido nunca, que disculpé más de lo que debería haber disculpado. Sé que me duele ver como el amor que nos teníamos se tiñó con maltrato, con abusos constantes, sé o quiero creer que él no lo hacía a propósito y aunque duela, sé o quiero creer que no va a volver. Me dolió, me dolió en lo más profundo del ser, se llevó todo el amor y todas las cosas lindas que en algún momento sentí por él y dejó solo un sentimiento amargo de "¿por qué me trata así?" "¿por qué nuevamente me hace sentir como si no valiera dos pesos?" ninguna relación que provoque eso puede ser sana. Quizá soy yo, quizá es mi culpa, pero no puedo volver a eso nunca. Lo amaba, lo amaba como nunca en mi vida voy a volver a amar, lo amaba de manera ciega, con toda la confianza del mundo. Lo amaba tanto como para contarle cada detalle, como para creer que realmente me quería, lo amaba tanto como para ver amor en él donde no había. Él no me amaba, o así lo siento ahora, ¿qué persona que te ama te deja en un lapso de tres días? No me amaba y eso me duele, me duele el haber creído palabras vacías, me duele haber amado a alguien que simplemente decidió darme la espalda como si nada, me duele no haber visto las señales. Me duele en lo que me convirtió, en una persona que nunca más va a poder volver a confiar tanto, me hizo alguien más precavido pero también, alguien mucho más frío y con un autoestima hecho pedazos. Ya no sé si lo sigo amando o si lo odio con cada pedazo de mi corazón hecho mierda, sé que quisiera verlo y pedirle que me ame otra vez, que me siga dando besos y me siga mirando de esa forma en la que me hacía sentir que nunca más iba a mirar a otra persona, pero también sé que no puedo dar ni medio paso atrás, sé que no puedo volver a verlo sé que no quiero volver a ser la persona que fui con él. Pensé en como lo amé, en si eso fue amor o fue mi autoestima cada vez más disminuida rogándole atención.Recordé cada noche llorando, cada noche sin entender el por qué de muchas cosas, recordé todo lo malo y entendí que nunca más puedo volver a ser aquella persona que permite, aquella persona tan vulnerable. Recordé que lo amaba, lo amaba quizá demasiado para mi propio bien.