Voy a ser sincera, sí, por primera vez en mi vida lo seré. No soy gran cosa, no soy más ni menos que nadie, simplemente soy y de esto que soy, poco entiendo. Me confundo, me pierdo, me rompo, lloro absurdamente y me alegro por razones frágiles, me busco el dolor, lo hago carne en mi, lo padezco, lo escribo, lo supero. Bienvenidos.
miércoles, julio 05, 2017
Me gusta escribirte, supongo que siempre fui y siempre seré así: creo en el valor de las palabras (será por eso que creí más tu discurso que tus acciones, ¿no?) Me gusta escribirte porque me siento sincera, porque siento que así explayo lo que no podría jamás poner en mi voz. Te extraño tanto, a veces. Hay momentos del día en los que algo me recuerda a vos y se me rompe un poquito más el alma, también suelo pensar "mirá en lo que me convertiste" y me pregunto si dirás lo mismo de mi. Mirá lo que me hiciste, mi amor. Supongo que todos pasamos por un amor ciego alguna vez, uno que te arranca quizá sentimientos que creías que no existían, que no eran posibles. Jamás amé ni volveré a amar como te amé a vos y creo que en cierto aspecto es sano, seamos sinceros: no me dejó muy bien el haberte amado así, mirá en lo que me convertiste, amor. Te pienso, sí, la mayoría del tiempo, me pregunto si ya habrás estado con alguien nuevo, si me pensas tanto como yo a vos, si me extrañas como yo lo hago. Tengo que decir también una verdad: la vida no es tan mala sin vos como creí que lo sería. Ya pasó más de un mes y aún sigo viva, aún no enloquecí ni se me dió por hacer locuras como vos en su momento creíste que haría (¿realmente tenías ese concepto de mi?). Soy más libre ahora, la libertad asusta pero a su vez, da plenitud. Te extraño, sí, pero no quisiera volver atrás nunca, quisiera tener cosas con vos que son imposibles porque somos quienes somos y no cambiamos, no podemos esperar un cambio. En cierto punto tendría que darte las gracias por hacerme ver que soy incluso más fuerte de lo que creía, que soy más inteligente de lo que creía también. Poco a poco rearmo mi autoestima, poco a poco voy reencontrando y descubriendo pequeñas cosas que me hacen ser feliz, trato de no opacarme la vida por tu ausencia porque para ser sincera, no lo mereces. Me merezco algo mejor de lo que teníamos y vos también, no te siento necesariamente como una mala persona pero no sos mi persona, ya no. Tenés una sonrisa hermosa y los ojos más preciosos que existen en éste planeta y te mereces alguien que te haga plenamente feliz, yo también me lo merezco. Merezco alguien que se interese en mi arte y en cada comentario que le cuente, por más que no sea trascendente. Mereces alguien que quizá pueda acoplarse mejor a vos, que te tenga más paciencia y pueda acompañarte en el momento difícil que sé que estás viviendo. Te deseo todo lo mejor de éste mundo, todo, siempre lo hice. Es triste ver como muchas veces el amor no alcanza, no es suficiente. Te deseo toda la felicidad que puedas tener, toda la paz que puedas encontrar en esa cabeza que sé que es un mambo, un quilombo. Te deseo todo y más en ésta vida porque más allá de que nuestros buenos momentos hayan sido fugaces en ellos así me hiciste sentir: feliz, plena, hermosa. Hoy me toca a mi pensar en mi misma, ¿no? Como siempre quisiste que hiciera. Hoy me toca a mi hacer lo que pueda con lo que tengo, quizá me pierdo un poco, quizá cambio bastante, algo es seguro: no soy ni un tercio de lo que fui antes de vos, ni la mitad de lo que fui estando juntos. Cambié, cambié muchísimo. Mi mente, mis ganas de sentirme mejor todos los días porque no quiero y no puedo permitirme estar hecha un trapo. Te extraño, sí, y aunque todos los días pienso una y otra vez en hablarte para saber como estás sé que no serviría de nada, que solo haría todo más difícil. Te deseo una buena vida, lejos de mí porque es lo mejor que puede pasarnos a ambos. Qué seas muy muy feliz, amor mío.
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