Por momentos la soledad que me oprime es tan grande que me
asusta, me paraliza, no me deja ver más allá. Me siento en medio del bosque
pidiendo ayuda, gritando por alguien que me abrase, me saque de este encierro
tan grande pero nadie es capaz de escucharme, nadie me ve, nadie es realmente
consiente de lo que me pasa. No siento contar realmente con alguien, o no como
me gustaría a mí. Ese es el mayor problema, no me entiendo, no sé qué quiero ni
como lo quiero, por eso también comprendo que debo hacer de esta soledad mi
mejor compañía, debo saber escucharme y desdoblarme, debo afrontar el miedo,
porque el tamaño del enemigo al que nos enfrentamos es el tamaño de la victoria
una vez finalizada la batalla. Comprendo que debo aprender a apreciar mi
soledad, debo entender que tengo que escucharme y prestarme atención yo antes
que nadie, no puedo pretender atención del otro porque eso sería tapar mis
miserias, necesito tiempo y espacio, soledad para entender qué es lo que me
sucede. No el miedo a la ceguera, o a la locura, o el cáncer, no las
somatizaciones, las manchas o los dolores de ojos, debo descubrir que es lo que
realmente me afecta, que es lo que me hace sentir que si el otro no está
presente yo no soy nada, que me hace querer renunciar a mi salud con tal de que
estén cerca de mí. La enfermedad no asegura compañía, muchas personas se alejan
ante una enfermedad, por miedo, por no saber afrentar el dolor de una perdida,
muchas personas como yo somos intolerantes al dolor ajeno, ¿por qué? Más interrogantes.
Son intolerante ante el dolor ajeno pero propicio la mía, creo que no me agrada
sentir que la atención se enfoca en alguien más, soy bastante egoísta en
algunos aspectos. Me fui por las ramas, el dolor, la enfermedad, ¿por qué
siempre lo creí garante de que me presten atención? Tengo que aprender a estar
bien, porque no vale la pena la atención de los demás si tengo que estar mal
para recibirla, ¿por qué me pongo en un lugar tan de mierda? ¿Desde cuándo lo
hago? Sin embargo, no puedo evitarlo, porque todo este tiempo estuvieron tan
pendientes de mí y se sintió tan lindo, sentirse querida es hermoso, mi mamá se
preocupa realmente mucho por mi ahora, supongo que debería hacer un corte aquí
y ver quien está, quien estuvo en este tiempo, y aceptarlo, apreciarlo, porque
si están en las malas también van a estar en las buenas, y me van a amar de
igual forma, que me presten atención no es sinónimo de más amor, mi mamá me ama
igual ahora que antes, supongo que utilice esto como una forma de comprobación,
me uso de prueba, siento las ideas tan complejas que me espanto, mi cabeza es
una gran maraña de pensamientos encontrados. Me tengo miedo, porque no tengo
limites, no se ponérmelos, debería aprender a escucharme pero también a ponerme
un límite, un freno, no puedo esperar eso siempre del otro, me estoy dejando
ser en una mala forma, porque en vez de focalizarme en lo real, en lo que
realmente me pasa, le presto atención a mis miedos superfluos que tapan lo que
hay detrás, no pienso en el porqué, sino que voy a lo simple y lo enredo para
no ver lo que hay detrás, no estoy loca, no tengo cáncer ni anda por el estilo,
solo tengo una negación muy muy grande a ver lo que me pasa. No quiero
releerme, no ahora, me doy miedo, me espanto de las cosas que me hago y de no
encontrar solución, creo que ese es uno de mis mayores miedos, que por esta
negación tan grande termine enfermándome realmente, supongo que acá es donde
tengo que ponerme el límite, tengo que entender que todo lo que pienso no es
así, que todos los miedos que siento, las manchas, los dolores, las sensaciones,
las irrealidades son producto de mi negación, de mí no querer prestarme
atención, tengo que pararme porque nadie más puede hacerlo. Si yo no me pongo
un freno, si yo no me escucho realmente, si yo no me quiero, nadie más puede
hacerlo, ni Gimena, ni mamá, ni la psicóloga, nadie puede saber realmente que
me pasa o como ayudarme si yo no me ayudo, si yo no me concentro, no puedo
escapar eternamente, no puedo esquivar la realidad como si no existirá. No, no
voy a quedarme ciega ni volverme loca, no voy a desarrollar un cáncer terminal,
no tengo parálisis de sueño, no voy a ver fantasmas ni estoy alucinando, son
mis mecanismos de defensa que son increíblemente poderosos. Hay algo detrás,
sí, por eso debo frenarme, por eso tengo que parar con toda esta maraña de
miedos encubridores, por eso tengo que hacerme consiente de que ningún miedo es
real, porque cuando logre entender eso y no me desmorone, ahí comenzará mi
camino a encontrar lo que realmente pasa, pero para eso debo serenarme, debo
encontrarme más allá de la oscuridad que me estoy provocando, nadie me aísla y
me provoca soledad más que yo misma, porque sé que me rodean personas que me aman
y se preocupan a su forma, como mamá y papá, como yuli, sé que soy buena en
algunas cosas, como en cantar, en amar con locura a mi familia a pesar de
cometer errores, sé que no soy perfecta, porque muchas veces me enfoco en cosas
equivocadas, como en mi maldita obsesión en ser suficiente para los demás, ¿Cuándo
voy a decidir ser suficiente para mí misma? ¿Cuándo voy a enfocarme en mi
realmente? Tengo que dejar de querer hacer todo para satisfacer a los demás, tengo
que dejar de enfocarme en ser para el otro y descubrirme, es como comenzar a
caminar, como construir una identidad nueva y genuina, tengo que ser feliz
conmigo misma y hacer lo que hago para ser feliz yo. ¿Quiero ser psicóloga? ¿Quiero
cantar? ¿Quiero estudiar japonés? ¿Quiero ir al gimnasio? ¿Quiero hacer dieta?
Son muchos quieros y un proceso muy largo de aprendizaje, tengo que empezar el
camino.
Voy a ser sincera, sí, por primera vez en mi vida lo seré. No soy gran cosa, no soy más ni menos que nadie, simplemente soy y de esto que soy, poco entiendo. Me confundo, me pierdo, me rompo, lloro absurdamente y me alegro por razones frágiles, me busco el dolor, lo hago carne en mi, lo padezco, lo escribo, lo supero. Bienvenidos.
sábado, mayo 30, 2015
martes, mayo 26, 2015
Son las dos de la mañana, debería estar estudiando, pero
realmente ese no me preocupa tanto, volví a leer mi desdoblamiento y me asombra
realmente la forma en la que llegué a mi conclusión final, debo admitir que me
enorgullece un poco como está plasmado el correr de mis pensamientos, pero no
es el punto. Hay cabos sueltos, muchos, no pretendo descubrir sola qué me pasa,
pero soy consciente de que voy a tener que llegar a las bases, a mis cimientos.
¿Por qué tengo está necesidad tan imperiosa de atención? ¿Por qué pongo el foco
en la atención del otro y no en mí? No me basta con lo que me pasa, si estoy
triste, si necesito, nunca me enfoco en eso, siempre pasa por lo que el otro
hace respecto a eso si lo sabe, ¿por qué? No entiendo porque mi vida pasa por
el otro y cómo reacciona ante mi necesidad, ante mi pedido silencioso, porque
nunca soy tan directa, tan llana, siempre tengo una vuelta de tuerca, siempre
le encuentro un sentido detrás de la acción, Si me hablo porque yo hice que me
hable, si me alejé y no me hablo fue por falta de interés, nunca anda es tan
simple como que el otro tiene una vida propia y va a estar si yo le aviso, y
que no todo necesariamente tiene porque ser trágico, pero esa idea que parece
tan básica y normal en mi cabeza se dificulta, no sé ver la cuestión de una
manera más simple, sin pensarla tanto, todo tiene una doble intención siempre
porque yo todo lo calculo, nunca anda de lo que hago es tan natural. Si hice
esto espero que después pase esto, siempre, y si no pasa agarrate Catalina
porque el otro va a tener la culpa aunque no esté enterado de lo que yo esperaba.
Nunca lo hablo directamente, nunca me siento y digo lo que me pasa, lo que
espero, lo que necesito, siempre a través de una acción espero una respuesta acorde
a mi necesidad.
Todo esto es algo muy difícil de analizar para mí, me cuesta
desdoblarme en esta cuestión, voy a necesitar más tiempo, más calma para mí y
para sentarme a escribir. Veremos que pasa, y porque pasa…
Un desdoblamiento asombroso.
Antes no lograba comprender que significaba o qué era eso de
desdoblarse, lo leía reiteradamente en Abzurdah y no lograba entender a qué se
refería Cielo, pero hoy por hoy habiendo pasado el tiempo (y los dolores)
aprendí su significado y su importancia, aprendí a desdoblarme, a sentarme y
analizarme. Empecemos…
No es fácil esto, no quiero hacerlo, duele, exaspera, pero
soy consciente de que si no logro analizar mi pasado no voy a lograr tener un
futuro “mejor” o más sano, no voy a poder seguir adelante. No puedo seguir con
mi lógica de “el pasado pisado” porque claramente solo estoy queriendo tapar el
Sol con el dedo pulgar, no funciona, no conmigo. Puedo jugar a la superada
hasta creérmelo, soy una mentirosa increíble porque hasta yo misma termino
creyéndome lo que muestro, el “no pasa naranja” del último tiempo terminó por
colapsarme, el cuerpo me dijo basta, mi psiquis se enfermó. Realmente creí que estaba todo bien, que mi
alrededor no estaba enfermándome y que yo podía con todo, me hice la boluda
tanto tiempo que hasta yo misma terminé aceptando los términos de una vida que
no es para mí, no puedo estar para todos todo el tiempo, no puedo aceptar
miserias, no puedo sostener todos los frentes, no puedo no pensar en mí, en lo
que necesito y quiero, no puedo recurrir al alcohol para ser valiente, no puedo
seguir haciéndome lo que venía haciendo en este último tiempo ni tampoco puedo
negar cosas obvias como ciertos dolores, pero aun no es momento de escribir
sobre eso, necesito tomarme mi tiempo para analizar paso a paso, momento a
momento, todo lo que viene sucediendo, todo lo que vengo haciendo y dejando que
me hagan, necesito entender, desdoblar, descubrir, destapar, qué está pasando,
qué paso y que voy a hacer con eso. Sigamos adelante.
No sé por dónde empezar, no sé qué dolor es más grande, que
desesperación es más aguda, me cuesta descubrir que me está pasando sin mentir,
me cuesta no mentirme, siempre me costó. No soy sincera con nadie y mucho menos
conmigo misma, supongo que si lo fuera no tendría que idealizar ciertas cosas,
ni debería pretender que ciertas personas están conmigo porque quieren y no
porque yo las ato a eso. La sinceridad me duele, es abrir los ojos a algo que
no quiero ver porque me hace sangrar. Hoy por hoy entiendo que yo no quiero, ni
quise nunca morirme, simplemente estaba tan desesperada, tan necesitada de amor
y de demostraciones de atención que lo plasmé en mi piel, sigo creyendo que no
está mal, pero también acepto que necesitaba (y necesito) mucha atención. A
veces es desesperante el sentirse ignorada, sola, es algo tan espantoso que no
encuentro las palabras adecuadas para explicarlo, es estar rodeada de personas
y aun así saber que si murieras la mayoría lo superaría, es egoísta no querer
que superen tu muerte, pero a veces tengo que admitir (por lo menos para mí)
que me gustaría saber que alguien me lloraría para siempre, me hace sentir
culpa, sí, pero yo hubiera llorado por siempre a tantas personas, moriría por
tantas otras, ¿quién haría eso por mí? Estoy cansada de sentirme así, de que tengo
que estar para todos todo el tiempo, de que tengo que aceptar las migajas de
atención que me dan, ser siempre yo la que primero diga “te extraño” y pregunte
“¿cómo estás?”. La realidad es que muchas de las personas que yo idealicé, que consideré
amigas, están hoy por hoy en mi presente porque yo las até, las obligué a que
me vieran, vieran mi dolor, que me escucharan. Creo que NUNCA nadie hizo algo
porque quiso respecto a mí, nadie vio mis cortes sin que yo los mostrara, nadie
me abrazó ni me dio palabras de aliento sin que yo los pidiera (aunque fuera de
una manera silenciosa), nadie nunca se esforzó porque yo siguiera en su vida.
Siempre pensé que Camila era una especie de ángel que sabía ver a través de mi dolor, de lo que yo pretendía mostrar, cuando la realidad es que nunca fue así, ella nunca estuvo físicamente cuando yo la necesite y en el último tiempo me hablaba porque yo hacía que lo hiciera, porque yo se lo pedía directamente o por tweets, sabía que poniendo tal o cual cosa ella iba a hablarme o al menos iba a provocar una reacción en ella, y entonces lo hacía, quería sentir que le importaba cuando la realidad que lo único que yo supe hacer fue llamar su atención. Escribía para que ella me leyera y me hablara, esa es la realidad. Forcé a que nuestro vinculo se postergara creyendo que todo mejoraría cuando la realidad es que no había nada que mejorar, ella tiene su novio con el cual está, al cual necesita y elige, no me eligió a mí, no sé si es culpa mía o qué, pero simplemente no lo hizo y yo quería forzarla a que a la larga se diera cuenta que me quería a mí, y que quería estar conmigo, jugué a que ella era el amor de mi vida y yo el suyo cuando nunca fue lo que pasaba, ella estaba y está con alguien más y yo la até a que me prestara atención. Debo admitir que yo la boludié, que yo estuve mal también, me gustaba sentir que tenía a alguien que se preocupaba por mi (sé que al principio lo hacía realmente porque quería) y jugaba con eso, creía que no iba a perderlo y cuando lo hice me desesperé, no supe manejarlo, la culpa, el reemplazo, el saber que yo fui la que la cagó, tener que asumirlo para el resto y sobre todo para mí, no quise hacerlo hasta el día de hoy y eso me estaba consumiendo. El no querer ver algo tan evidente ya se estaba tornando enfermizo. Era enfermizo creer que ella me seguiría queriendo como pareja a pesar de que tiene su novio, es enfermizo pensar que ella está para mí a pesar de todo, es enfermizo que sea una razón para llorar y sentirme triste, es enfermizo tuitear para que tenga miedo de que me suicide y así me hable, tuitear para que entienda que la extraño y me hable, tuitear para que sepa que estoy triste y que me hable, Siempre lo hice con ella y con muchas personas más, utilicé la red social Twitter para llamar la atención, para que supieran que estaba triste o al borde del suicidio, para que se preocuparan, para provocar una reacción y así creer que les importo. ¿Por qué solo les importo cuando llamo la atención? Eso es lo que no entiendo, tanto Camila, como Daniela, dos personas que yo siempre idealicé, me prestan atención cuando yo llamo la atención, solo les importo si yo hago que les importe, nunca me preguntan cómo estoy de la nada, ni me hablan para salir si yo no hago que me hablen, ellas reaccionan si las hago reaccionar. Daniela si yo no hubiera estado ahí durante todo su noviazgo, sosteniéndole la vela, preguntándole como estaba, preguntándole que le pasaba si ponía algo triste en Twitter, ella ni se hubiera acordado de mí, nunca lo hizo al menos, ahora no lo hace tampoco. Es igual que Camila, reacciona porque yo la hago reaccionar, me pregunta cómo estoy porque yo lo hago, me habla porque yo le hablo, ¿por qué? Me enoja, yo quiero que alguien me quiera o se preocupe por mí porque quiere, no porque yo hago que lo haga.
Marlene es otro ser humano extraño en mi vida, ella está, sí, pero últimamente no sé a qué juega, tal vez no me habla y luego sí, pero me habla de lo que ella quiere, de sus logros, de sus drogas, de que estuvo con tal o cual, siempre ella es mejor, siempre ella tiene un problema más grande, siempre es autorreferencial, nunca importo. Siento que estoy siendo muy dura con todos, pero yo me causo esto, yo me ato a estas cosa, me detesto por eso, por no rodearme de personas a las que realmente le importe lo que a mí me pasa, por atarme a vínculos que yo mantengo, por crearme el Twitter de mierda, por Rodrigo y sus malos tratos que yo acepto e idealizó, por Marlene, por Camila, por toda la mierda a la que me até y acepte durante tanto tiempo. ¿Nunca pensaban estar si yo no hiciera que estén? Detesto esto, detesto darme cuenta que realmente estoy sola, que hice de mi compañía vínculos que yo mantengo, que yo defiendo, remo sola todo lo que me rodea porque yo lo elegí así.
Yo elegí pasarle la tarea o hacer los trabajos con quienes no quería, yo dejé que me usaran en el colegio, yo dejé que me hablaran porque yo quería que me hablaran, yo permití que me usaran, yo acepte migajas, yo las imploré e hice que el que me las daba fuera un Dios en mi vida. YO ME HICE TODO ESTO. Me detesto por esto y por no saber cómo cambiarlo, me odio por no ser un poco más egoísta, por dejar que papá se acostumbrara a que yo fuera su secretaria, a que yo fuera la que estudia para mantenerlo feliz, a nunca decirle nada para que no se sintiera mal, lo odio porque nunca reaccionó ante mis pedidos, él fue el único que aunque yo me pusiera un cartel luminoso en la frente no reaccionaba, con él tuve que ser explicita, a él tuve que decirle lisa y llanamente lo que sucedía y aun así no estoy satisfecha porque él tampoco ve las cosas porque quiere, ni va a mis muestras de canto porque quiere (directamente no va) ni hace nada porque quiere, él solo quiere que estudie y que me vaya bien, y me duele porque quiero que me vea, que vea que me siento sola muchas veces, que a veces siento que no sé a dónde correr, que recurro a lo que puedo porque otra no me queda, que tengo miedos, que me duele el cuerpo, que me estoy enfermando porque quiero que me vean, que se den cuenta, porque tal vez el cáncer si se pueda ver, es (ignorable) inignorable al igual que todo el resto de enfermedades que creo que tengo, porque creo que es eso lo que estoy haciendo, pensando que me enfermo porque así me van a ver, porque es difícil ignorar a un ciego, o a un loco, o al cáncer, porque eso todos tendrían que verlo sí o sí.
No puedo creer lo que me hago por el resto, no puedo creerlo. Tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto miedo porque quiero que me vean, que noten que sufro, que me duele, que estoy viva. Necesito que me noten, que alguien se preocupe por mí. Es increíble a lo que llego desdoblándome, arranqué pensando en que iba a analizar mi pasado y terminé llegando a una conclusión de mi presente, de mis miedos, de mis ataques de pánico.
Supongo que no es solo mi imperiosa necesidad de que me noten, de que se preocupen por mí, debe haber mucho más detrás de esto, pero acabo de encontrar la punta del iceberg, encontré mi punto de partida, mi punto de cambio. Sé que quiero que me vean, que se preocupen por mí, que estén preocupados sobre cómo estoy, que tengo la necesidad imperiosa que de alguna u otra forma alguien se preocupe por mi estado, pero aún hay más, mucho más, estoy segura.
Necesito cambiar esto, necesito personas que no se preocupen porque quiero, porque manifiesto dolores o miedos, sino que estén porque quieren, no puedo seguir haciéndome esto, no puedo llamar la atención y pretender que los vínculos que se dan alrededor de eso son “sanos”, porque no sería sano un vínculo alrededor de que estoy enferma, porque el que me quiere me tiene que querer sana y estar aunque esté sana y bien, no puedo generar vínculos a partir de estar mal, las personas no deben estar cerca de mí o preocuparse por mí porque estoy mal. Es gracioso notarlo, es irónico ver que construí vínculos alrededor de estar mal, porque como estoy mal y lo hago notar, lo expreso, las personas están cerca de mí, se preocupan, en cambio si estoy bien, sana, no se preocupan, nadie está.
Construí vínculos a costa de mi dolor, de mi salud física y mental, lo hice con amigos, con mi mamá, porque pienso que si no estoy triste, llorando y con ataques de pánico ella se va a olvidar de que yo existo, de que necesito amor y atención aunque esté creciendo, suena tan extraño y tan lógico ahora que lo entiendo. Yo estoy mal, lo expreso y las personas me prestan atención, es una ecuación tan simple que me da escalofrío. Y siempre lo expreso, siempre encuentro la forma, sea por Twitter, por ataques de pánico, o por lo que sea, hago que se enteren, entonces aparecen, están ahí, me dan lo que tanto anhelo. Al parecer si estoy un poco loca, un poco enferma, no puedo creer lo que acabo de descubrir. No solo que idealicé personas, me deje usar, me hice trapito del mundo, sino que utilicé mi salud para que me dieran bola, me enfermé para que se preocuparan por mí. ¿Desde cuándo me valoro tan poco? ¿Desde cuándo me quiero tan poco? ¿Por qué? No debería hacerme esto, pero la sensación de soledad, el miedo a que nadie esté nunca para mi si estoy bien es inminente, porque sé que si estoy mal, enferma, todos van a estar ahí, todos van a darme bola, no se puede ignorar a un enfermo, en cambio si estoy bien ¿Quién va a preocuparse por mí? Dios mío, estoy desquiciada, no puedo hacerme eso, pero al mismo tiempo ahora que estoy consciente no sé cómo dejar de hacerlo, se siente hermoso que estén preocupados por mí, ojalá no tuviera que estar hecha mil pedazos para que me notaran, para que estén para mí. Soy una enferma de mierda, eso soy. No pienso permitirme hacerme nunca más esto, ahora entiendo porque no puedo estar sola porque me agarran miedos, tengo miedo a estar sola, a estar bien y quedarme sola, a que el estar bien signifique el que nadie nunca más me preste atención. Dios mío, doy asco, realmente no puedo creer que estaba sacrificándome para que me prestaran atención, para que estuvieran ahí para mí. Necesito rodearme de personas que aunque este bien estén ahí, que no necesiten saber que estoy mal para preguntarme como estoy, que aparezcan aunque esté en mi mejor momento. Soy lo antagónico a lo normal, siempre escuche que muchos están en las buenas pero pocos en las malas, yo soy lo contrario, todos están en las malas pero nadie en las buenas. ¿Por qué me rodeo de quienes solo están cuando estoy mal? Yo no estoy enferma, no tengo cáncer, ni me estoy volviendo loca, ni nada por el estilo, estoy desesperada por atención, estoy gritando, necesitando algo que haga que los demás me den bola sí o sí.
Siempre pensé que Camila era una especie de ángel que sabía ver a través de mi dolor, de lo que yo pretendía mostrar, cuando la realidad es que nunca fue así, ella nunca estuvo físicamente cuando yo la necesite y en el último tiempo me hablaba porque yo hacía que lo hiciera, porque yo se lo pedía directamente o por tweets, sabía que poniendo tal o cual cosa ella iba a hablarme o al menos iba a provocar una reacción en ella, y entonces lo hacía, quería sentir que le importaba cuando la realidad que lo único que yo supe hacer fue llamar su atención. Escribía para que ella me leyera y me hablara, esa es la realidad. Forcé a que nuestro vinculo se postergara creyendo que todo mejoraría cuando la realidad es que no había nada que mejorar, ella tiene su novio con el cual está, al cual necesita y elige, no me eligió a mí, no sé si es culpa mía o qué, pero simplemente no lo hizo y yo quería forzarla a que a la larga se diera cuenta que me quería a mí, y que quería estar conmigo, jugué a que ella era el amor de mi vida y yo el suyo cuando nunca fue lo que pasaba, ella estaba y está con alguien más y yo la até a que me prestara atención. Debo admitir que yo la boludié, que yo estuve mal también, me gustaba sentir que tenía a alguien que se preocupaba por mi (sé que al principio lo hacía realmente porque quería) y jugaba con eso, creía que no iba a perderlo y cuando lo hice me desesperé, no supe manejarlo, la culpa, el reemplazo, el saber que yo fui la que la cagó, tener que asumirlo para el resto y sobre todo para mí, no quise hacerlo hasta el día de hoy y eso me estaba consumiendo. El no querer ver algo tan evidente ya se estaba tornando enfermizo. Era enfermizo creer que ella me seguiría queriendo como pareja a pesar de que tiene su novio, es enfermizo pensar que ella está para mí a pesar de todo, es enfermizo que sea una razón para llorar y sentirme triste, es enfermizo tuitear para que tenga miedo de que me suicide y así me hable, tuitear para que entienda que la extraño y me hable, tuitear para que sepa que estoy triste y que me hable, Siempre lo hice con ella y con muchas personas más, utilicé la red social Twitter para llamar la atención, para que supieran que estaba triste o al borde del suicidio, para que se preocuparan, para provocar una reacción y así creer que les importo. ¿Por qué solo les importo cuando llamo la atención? Eso es lo que no entiendo, tanto Camila, como Daniela, dos personas que yo siempre idealicé, me prestan atención cuando yo llamo la atención, solo les importo si yo hago que les importe, nunca me preguntan cómo estoy de la nada, ni me hablan para salir si yo no hago que me hablen, ellas reaccionan si las hago reaccionar. Daniela si yo no hubiera estado ahí durante todo su noviazgo, sosteniéndole la vela, preguntándole como estaba, preguntándole que le pasaba si ponía algo triste en Twitter, ella ni se hubiera acordado de mí, nunca lo hizo al menos, ahora no lo hace tampoco. Es igual que Camila, reacciona porque yo la hago reaccionar, me pregunta cómo estoy porque yo lo hago, me habla porque yo le hablo, ¿por qué? Me enoja, yo quiero que alguien me quiera o se preocupe por mí porque quiere, no porque yo hago que lo haga.
Marlene es otro ser humano extraño en mi vida, ella está, sí, pero últimamente no sé a qué juega, tal vez no me habla y luego sí, pero me habla de lo que ella quiere, de sus logros, de sus drogas, de que estuvo con tal o cual, siempre ella es mejor, siempre ella tiene un problema más grande, siempre es autorreferencial, nunca importo. Siento que estoy siendo muy dura con todos, pero yo me causo esto, yo me ato a estas cosa, me detesto por eso, por no rodearme de personas a las que realmente le importe lo que a mí me pasa, por atarme a vínculos que yo mantengo, por crearme el Twitter de mierda, por Rodrigo y sus malos tratos que yo acepto e idealizó, por Marlene, por Camila, por toda la mierda a la que me até y acepte durante tanto tiempo. ¿Nunca pensaban estar si yo no hiciera que estén? Detesto esto, detesto darme cuenta que realmente estoy sola, que hice de mi compañía vínculos que yo mantengo, que yo defiendo, remo sola todo lo que me rodea porque yo lo elegí así.
Yo elegí pasarle la tarea o hacer los trabajos con quienes no quería, yo dejé que me usaran en el colegio, yo dejé que me hablaran porque yo quería que me hablaran, yo permití que me usaran, yo acepte migajas, yo las imploré e hice que el que me las daba fuera un Dios en mi vida. YO ME HICE TODO ESTO. Me detesto por esto y por no saber cómo cambiarlo, me odio por no ser un poco más egoísta, por dejar que papá se acostumbrara a que yo fuera su secretaria, a que yo fuera la que estudia para mantenerlo feliz, a nunca decirle nada para que no se sintiera mal, lo odio porque nunca reaccionó ante mis pedidos, él fue el único que aunque yo me pusiera un cartel luminoso en la frente no reaccionaba, con él tuve que ser explicita, a él tuve que decirle lisa y llanamente lo que sucedía y aun así no estoy satisfecha porque él tampoco ve las cosas porque quiere, ni va a mis muestras de canto porque quiere (directamente no va) ni hace nada porque quiere, él solo quiere que estudie y que me vaya bien, y me duele porque quiero que me vea, que vea que me siento sola muchas veces, que a veces siento que no sé a dónde correr, que recurro a lo que puedo porque otra no me queda, que tengo miedos, que me duele el cuerpo, que me estoy enfermando porque quiero que me vean, que se den cuenta, porque tal vez el cáncer si se pueda ver, es (ignorable) inignorable al igual que todo el resto de enfermedades que creo que tengo, porque creo que es eso lo que estoy haciendo, pensando que me enfermo porque así me van a ver, porque es difícil ignorar a un ciego, o a un loco, o al cáncer, porque eso todos tendrían que verlo sí o sí.
No puedo creer lo que me hago por el resto, no puedo creerlo. Tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto miedo porque quiero que me vean, que noten que sufro, que me duele, que estoy viva. Necesito que me noten, que alguien se preocupe por mí. Es increíble a lo que llego desdoblándome, arranqué pensando en que iba a analizar mi pasado y terminé llegando a una conclusión de mi presente, de mis miedos, de mis ataques de pánico.
Supongo que no es solo mi imperiosa necesidad de que me noten, de que se preocupen por mí, debe haber mucho más detrás de esto, pero acabo de encontrar la punta del iceberg, encontré mi punto de partida, mi punto de cambio. Sé que quiero que me vean, que se preocupen por mí, que estén preocupados sobre cómo estoy, que tengo la necesidad imperiosa que de alguna u otra forma alguien se preocupe por mi estado, pero aún hay más, mucho más, estoy segura.
Necesito cambiar esto, necesito personas que no se preocupen porque quiero, porque manifiesto dolores o miedos, sino que estén porque quieren, no puedo seguir haciéndome esto, no puedo llamar la atención y pretender que los vínculos que se dan alrededor de eso son “sanos”, porque no sería sano un vínculo alrededor de que estoy enferma, porque el que me quiere me tiene que querer sana y estar aunque esté sana y bien, no puedo generar vínculos a partir de estar mal, las personas no deben estar cerca de mí o preocuparse por mí porque estoy mal. Es gracioso notarlo, es irónico ver que construí vínculos alrededor de estar mal, porque como estoy mal y lo hago notar, lo expreso, las personas están cerca de mí, se preocupan, en cambio si estoy bien, sana, no se preocupan, nadie está.
Construí vínculos a costa de mi dolor, de mi salud física y mental, lo hice con amigos, con mi mamá, porque pienso que si no estoy triste, llorando y con ataques de pánico ella se va a olvidar de que yo existo, de que necesito amor y atención aunque esté creciendo, suena tan extraño y tan lógico ahora que lo entiendo. Yo estoy mal, lo expreso y las personas me prestan atención, es una ecuación tan simple que me da escalofrío. Y siempre lo expreso, siempre encuentro la forma, sea por Twitter, por ataques de pánico, o por lo que sea, hago que se enteren, entonces aparecen, están ahí, me dan lo que tanto anhelo. Al parecer si estoy un poco loca, un poco enferma, no puedo creer lo que acabo de descubrir. No solo que idealicé personas, me deje usar, me hice trapito del mundo, sino que utilicé mi salud para que me dieran bola, me enfermé para que se preocuparan por mí. ¿Desde cuándo me valoro tan poco? ¿Desde cuándo me quiero tan poco? ¿Por qué? No debería hacerme esto, pero la sensación de soledad, el miedo a que nadie esté nunca para mi si estoy bien es inminente, porque sé que si estoy mal, enferma, todos van a estar ahí, todos van a darme bola, no se puede ignorar a un enfermo, en cambio si estoy bien ¿Quién va a preocuparse por mí? Dios mío, estoy desquiciada, no puedo hacerme eso, pero al mismo tiempo ahora que estoy consciente no sé cómo dejar de hacerlo, se siente hermoso que estén preocupados por mí, ojalá no tuviera que estar hecha mil pedazos para que me notaran, para que estén para mí. Soy una enferma de mierda, eso soy. No pienso permitirme hacerme nunca más esto, ahora entiendo porque no puedo estar sola porque me agarran miedos, tengo miedo a estar sola, a estar bien y quedarme sola, a que el estar bien signifique el que nadie nunca más me preste atención. Dios mío, doy asco, realmente no puedo creer que estaba sacrificándome para que me prestaran atención, para que estuvieran ahí para mí. Necesito rodearme de personas que aunque este bien estén ahí, que no necesiten saber que estoy mal para preguntarme como estoy, que aparezcan aunque esté en mi mejor momento. Soy lo antagónico a lo normal, siempre escuche que muchos están en las buenas pero pocos en las malas, yo soy lo contrario, todos están en las malas pero nadie en las buenas. ¿Por qué me rodeo de quienes solo están cuando estoy mal? Yo no estoy enferma, no tengo cáncer, ni me estoy volviendo loca, ni nada por el estilo, estoy desesperada por atención, estoy gritando, necesitando algo que haga que los demás me den bola sí o sí.
No sé...
La vida es una línea muy delgada: lo que quiero y lo que
necesito; lo que es y lo que interpreto; lo sano y lo insano. Nunca tengo esa línea
clara, no sé medirla, no tengo parámetros y eso me lleva a donde estoy,
colapsada. Nunca sé que quiero, si lo quiero realmente, si es un capricho, si
es lo que me hace bien o estoy proyectando, creyendo que algún día eso va a
hacerme bien. No sé cuándo estoy forzando las cosas y cuando estoy por rendirme
sin pelear lo suficiente. No sé cuándo estoy realmente bien, o cuando tapo el
malestar con el dedo de una mano. Esas líneas están desdibujadas para mí, no sé
desde cuándo, no sé porque, pero las cosas claras son algo que mi cabeza no
alberga. Me es difícil saber qué espero del otro, porque lo espero, si lo provoco
o si me lo dan porque quieren. Me es difícil confiar en mí, quererme, calmarme.
Estoy dependiendo del otro, de alguien que no tengo en claro quién es porque ni
siquiera tengo claro qué espero de cada persona. No sé si quiero esperar algo o
simplemente quiero alejarme de todo y de todos, estoy muy cansada. Creo que eso
es lo único que tengo claro, que estoy cansada, agotada. Mi situación actual,
los ataques, la sensación de sofocación, la falta de confianza en mí, la irrealidad,
los miedos, que el otro no se interese, que se burle, las miradas, los
alejamientos, estoy tan cansada, me siento como arena corriendo entre dedos,
quiero parar, quiero estabilizarme y no puedo, quiero estar bien, quiero ver la
luz al final de esto, quiero sacar algo en limpio, una idea clara, algo que me
diga que es lo que pasa, porque pasa o que voy a hacer con esto pero me cuesta,
me siento nadando en un mar de confusiones y no tengo salvavidas, no sé nadar,
no puedo flotar, por momentos me hundo y en otros pocos logro salir a la
superficie para respirar, para volver a una calma superflua que solo hace que
el regreso al fondo sea más chocante y doloroso. Quiero estar bien, pero no
reniego de lo que me sucede, toda crisis trae un cambio, o viceversa, entiendo
que debo hacer las cosas diferentes a lo que venía haciéndolo, que si noto que
alguien es toxico para mi debo alejarme, que no puedo vincularme a través de la
lastima, del dolor propio, que no debo pensar ni calcular tanto, que tengo que
hacer lo que siento, hablar, dejar de guardarme todo para mí, dejar de
enfermarme, no puedo preferir cortarme a decir lo que me pasa, no puedo creer
que alguien se vincula a mí porque lo calcula, porque me necesita de una forma
material, estoy pensando mucho y sintiendo poco, me tengo que dejar ser más,
tengo que encontrarme porque al parecer nunca supe en realidad donde estaba, ni
con quien, ni porque. No sé qué quiero realmente, qué necesito, no me tomé
nunca el tiempo para pensar en mí, no me ame nunca. Estoy empezando el camino
hacia mí, hacia la verdadera Rocío.
domingo, mayo 24, 2015
Siendo franca.
"La gente me da miedo: sé que no van a entender. Nadie va a entender jamás lo que me pasó. Ojalá tuviese videos, ojalá pudiese entregar a cada persona que entra en mi vida un disco con mis datos. Ojalá, así nadie se decepcionaría, así nadie crearía demasiadas expectativas conmigo. No, no soy brillante ni la mejor, no soy la más coherente tampoco. Soy poco, y de lo poco que soy, poco entiendo. Me he dejado pisar, basurear, usar. He dejado que hicieran lo que quisieron con mi cuerpo, con mi mente y mis deseos. De muchas cosas jamás me recuperaré, otras tantas las olvidaré con el tiempo. Cada una de ellas me ha dejado una marca. Él me pide que use cicatrizante para sacarme las huellas en los brazos: yo quiero que esas marcas se queden. Las ciento un marcas de mis brazos, los miles de dolores que me trajeron sangre no voy a olvidarlos. No quiero que las marcas se vayan. Se irán con el tiempo, con la posibilidad de olvido, con el aprendizaje."- Abzurdah, Cielo Latini.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)